Repensar el Turismo – Día Mundial del Turismo 2022

En este Día Mundial del Turismo, mismo que se conmemora cada 27 de septiembre, desde 1980. Tiene un tema o una perspectiva muy peculiar que, sin duda, surge del último estado global en el que se encontró la humanidad y las distintas modificaciones que en la praxis se pudieron experimentar por la fuerza de la supervivencia.

El tema de éste 2022 es “Repensar el turismo”. A veces, pareciera que está de más reconocer los beneficios que el turismo trae tanto a los visitantes como para la comunidad anfitriona. Sin embargo, la pandemia nos dejó grandes retos que se solventaron con mayor o menor facilidad, incluso dio oportunidad para generar grandes ideas y sí, también tiempo para saber qué estábamos haciendo bien y qué no.

Este tema: “Repensar el Turismo” efectivamente puede tomarse desde sus orígenes y conceptualizaciones -no las más simples y básicas-, sino dentro de su dinámica: su relación e interacción, misma que se ha modificado importantemente a partir de las adversidades de los últimos años, puesto que, los visitantes no dejarán de ser visitantes, así como las comunidades no dejarán de ser aquellas que reciben a los visitantes.

Si logramos hacer una introspección, durante éstos dos últimos años nos dimos cuenta que no necesitábamos tantas cosas para subsistir adecuadamente, en algunos el consumismo se logró frenar y repensar lo que era realmente necesario para cada uno de nosotros. Por ello es que, Repensar el Turismo debe hacerse con distintas perspectivas: desde el uso de insumos y materias primas; pasando por las condiciones laborales de quienes atienden las distintas actividades turísticas; la inclusión de las personas con distintas discapacidades; los derechos y obligaciones de visitantes, así como las distintas regulaciones; el aprovechamiento de los recursos turísticos; la educación y profesionalización; la gobernanza que permita un verdadero desarrollo y acceso a un bienestar de destinos no tan favorables y, por supuesto, las experiencias turísticas que realmente integren el disfrute de los destinos con todos nuestros sentidos.

Ejemplos podríamos tener muchos sobre cómo se solventaron algunas complicaciones operativas durante la pandemia, sin embargo, hay que reconocer que dejamos pasar las oportunidades para superar las condiciones adversas en las que nos encontramos, de manera global o particularmente, y así tener verdaderas oportunidades de desarrollo y aprovechamiento a través de la actividad turística.

Algunos principios que se habían manejado desde hace décadas, como pensar global y actuar local, se vieron más que implementados, insistiendo que, esto fue más por la fuerza que por la razón y la conciencia. Igualmente se repensó, en ocasiones tardíamente, desde lo mercadológico o de la oferta de servicios, cómo reenfocar lo existente con tal de seguir existiendo.

Un ejemplo fue el hospedaje, por supuesto que la afluencia de visitantes disminuyó casi a cero, por lo que, con el agua hasta el cuello (9 meses después o más), algunos tuvieron a bien dirigir los servicios de hospedaje a los locales (los vecinos pues), aquellos que pudieron estar cansados y aburridos de las mismas cuatro paredes de sus casas después de tanto tiempo y ofrecer un entorno distinto para el homeoffice, haciendo ahora desde la comunidad de un hotel a precios “impensables”, convirtiéndose en hoteloffice, pero que para los prestadores de servicios eran suficientes para manternerse en pie.

Estas son las muestras, quizá muy sencillas, pero que cambiaron e hicieron la diferencia para permanecer vigentes y generar mejores resultados de una actividad turística sumamente deprimida. Sin embargo, no debiéramos esperar a que las condiciones globales sean realmente apremiantes para salir de nuestra zona de confort y generar nuevas ideas, mejores procesos y correcto aprovechamiento de los recursos, así como voluntad de todos los actores para generar las condiciones adecuadas para esta actividad que, por un lado, es tan noble que funciona de manera casi por inercia, pero al mismo tiempo tan susceptible que cualquier cambio mínimo, social, económico o medioambiental, lo afecta considerablemente.

Repensemos en todo momento qué se está haciendo mal, qué se está haciendo bien y por supuesto, cómo se puede mejorar el estado en el que nos encontramos y hagamos del turismo, la principal actividad de desarrollo y crecimiento de los destinos bajo principios de sustentabilidad que no solo es tener paredes verdes ni cosas obvias sobre «resultados inmediatos», sino que implicas acciones o estrategias más integrales, medibles y cuantificables que dejen beneficios para empresarios, comunidad anfitriona, visitantes, gobiernos y a nuestro entorno a largo plazo o, mejor aun, muy largo plazo.

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